domingo, 18 de marzo de 2018

Jorge Luis Borges
Se perfila ya en el horizonte la Semana Santa y hemos querido aportar desde este blog un poema que reflexione sobre la pasión de Cristo. El poeta y cuentista argentino Jorge Luis Borges se acerca al tema desde el punto de vista del sufrimiento atroz del hombre crucificado, ajeno al poder de esa iglesia que se apoderó de su doctrina y desvirtuó sus ideas.

                    Cristo en la cruz

Cristo en la cruz. Los pies tocan la tierra.
Los tres maderos son de igual altura.
Cristo no está en el medio. Es el tercero.
La negra barba pende sobre el pecho.
El rostro no es el rostro de las láminas.
Es áspero y judío. No lo veo
y seguiré buscándolo hasta el día
último de mis pasos por la tierra.
El hombre quebrantado sufre y calla.
La corona de espinas lo lastima.
No lo alcanza la befa de la plebe
que ha visto su agonía tantas veces.
La suya o la de otro. Da lo mismo.
Cristo en la cruz. Desordenadamente
piensa en el reino que tal vez lo espera,
piensa en una mujer que no fue suya.
No le está dado ver la teología,
la indescifrable Trinidad, los gnósticos,
las catedrales, la navaja de Occam,
la púrpura, la mitra, la liturgia,
la conversión de Guthrum por la espada,
la inquisición, la sangre de los mártires,
las atroces Cruzadas, Juana de Arco,
el Vaticano que bendice ejércitos.
Sabe que no es un dios y que es un hombre
que muere con el día. No le importa.
Le importa el duro hierro con los clavos.
No es un romano. No es un griego. Gime.
Nos ha dejado espléndidas metáforas
y una doctrina del perdón que puede
anular el pasado. (Esa sentencia
la escribió un irlandés en una cárcel.)
El alma busca el fin, apresurada.
Ha oscurecido un poco. Ya se ha muerto.
Anda una mosca por la carne quieta.
¿De qué puede servirme que aquel hombre
haya sufrido, si yo sufro ahora?
 

 

domingo, 11 de marzo de 2018

Rilke
El poema de esta semana nos ofrece un hermoso diálogo entre imagen y poesía de la mano del poeta alemán Rainer Maria Rilke (1875-1926). El soneto se inspira en la imagen del llamado Torso juvenil de Mileto expuesto en el Museo del Louvre. Walter Benjamin, admirador de la obra de Rilke, decía a propósito de este poema: "Lo que uno ha vivido es, en el mejor de los casos, comparable a una bella estatua que hubiera perdido todos sus miembros al ser transportada y ya sólo ofreciera ahora el valioso bloque en el que uno mismo habrá de cincelar la imagen de su propio futuro”. Con este poema damos también la bienvenida al grupo de alumnos alemanes del intercambio de este curso.

ARCHAÏSCHER TORSO APOLLOS

Wir kannten nicht sein unerhörtes Haupt,
darin die Augeäpfel reiften. Aber
sein Torso glüht noch wie ein Kandelaber,
in dem sein Schauen, nur zurückgeschraubt,

sich hält und glänzt. Sonst könnte nicht der Bug
der Brust dich blenden, und im leisen Drehen
der Lenden könnte nicht ein Lächeln gehen
zu jener Mitte, die die Zeugung trug.

Sonst stünde dieser Stein entstellt und kurz
unter der Schultern durchsichtigem Sturz
und flimmerte nicht so wie Raubtierfelle;

und bräche nicht aus allen seinem Rändern
aus wie ein Stern: denn da ist keine Stelle,
die dich nicht sieht.
Du musst dein Leben ändern

 

 

TORSO DE APOLO ARCAICO

No conocemos la inaudita cabeza,
en que maduraron los ojos. Pero
su torso arde aún como  candelabro
en el que la vista, tan sólo reducida,

persiste y brilla. De lo contrario, no te
deslumbraría la saliente de su pecho,
ni por la suave curva de las  caderas viajaría
una sonrisa hacia aquel punto donde colgara el sexo.

Si no siguiera en pie esta piedra desfigurada y rota
bajo el arco transparente de los hombros
ni brillara como piel de fiera;

ni centellara por cada uno de sus lados
como una estrella: porque aquí no hay un sólo
lugar que no te vea. Debes cambiar tu vida.

 

domingo, 4 de marzo de 2018

8 de marzo
La poesía también se une a la lucha de las mujeres por conseguir la igualdad de derechos. Para este fin esta semana nos acompañarán los versos de la escritora guatemalteca Guisela López. Nacida en 1960 es una luchadora feminista con una extensa obra dedicada al tema, además de fundadora de la Colectiva de Mujeres en las Artes. Su obra no solo denuncia las desigualdades y el feminicidio sino que también aboga por la transformación de la sociedad para que hombres y mujeres seamos iguales.

                     Caminares

 

Desde la acera del mundo

vemos pasar el largo desfile del absurdo.

 

No logra intimidarnos

su máscara de poder.

Ni los zarpazos feroces

con que guarda su égida absoluta.

 

Tampoco nos seducen

sus oropeles y comparsas

de dragón bicéfalo.

 

Con el atardecer

soltamos a volar un barrilete,

su arco iris va pintando las calles.

 

Caminamos,

hasta que la luna

se ofrece a reemplazarlo,

desmadejando su trenza de colores.

 

Creemos que otro mundo es posible

un mundo con miradores de sol

en el que las mujeres

podamos vestirnos de sonrisas.